¿Tienen algo para la osteoporosis?

Entrevista a la Dra. Ruthy Alon de Feldenkrais a Bones for Life

Un médico amigo me preguntó: “¿Tienen algo en el Método Feldenkrais para la osteoporosis?”  Lo pensé. Era un desafío. Empecé a jugar con la idea y diseñé varios procesos de movimientos usando los principios del Método Feldenkrais. Éste fue el origen de Bones for Life.

Lo que sigue está extraído de una entrevista que tuvo lugar en octubre de 2000 durante un seminario de Bones For Life® en Santa Mónica, California. En ella, Ruthy Alon conversó con Carol Lingman acerca de cómo desarrolló el programa Bones for LIfe® y cuál es su relación con el Método Feldenkrais.

P: ¿Podrías contarnos cómo se te ocurrió crear el programa Bones for Life®?

Ruthy Alon: Un médico amigo una vez me preguntó: “¿Tienen algo en el Método Feldenkrais para la osteoporosis?” Estaba sorprendido por la cantidad de dinero que pagaban las compañías de seguros por perjuicios relacionados con la osteoporosis. Pero más allá del dinero, por el hecho de que las personas con huesos frágiles y quebradizos pierden libertad de movimientos y dependen de otras para que las cuiden.

Cuando este médico me hizo esa pregunta, le respondí “no “ sin pensarlo. Nuestras lecciones de Autoconciencia a través del movimiento (ATM) no utilizan presión. Son un laboratorio para refinar la coordinación. Por supuesto que indirectamente sirven para crear una alineación corporal que pueda resistir la presión. Pero nunca usamos la presión en una clase de ATM. En la Integración Funcional lo hacemos, pero no es una acción que le indiquemos a la persona que realice por sí misma.

Luego que le dije “no”, me fui a casa y lo pensé. Era un desafío. ¿Por qué no podíamos abordar la necesidad que tienen los huesos de recibir cierto impacto dinámico de presión, aunque no fuera el estilo habitual de nuestros laboratorios de aprendizaje? La esencia de lo que hacemos es despertar al cerebro, guiar al sistema nervioso para que encuentre mejores soluciones para el movimiento.

Empecé a jugar con la idea y diseñé varios procesos de movimientos teniendo en cuenta que la clave es que si la alineación no está intacta, la presión de un movimiento dinámico puede causar daño. Por los relatos de personas que trabajan con ejercicios para aumentar la densidad ósea en diversas instituciones, veo que a menudo se sienten frustradas. Dicen que si ejecutan los ejercicios con la fuerza que se supone necesaria, empiezan a ocurrirles lesiones. Pero si no ejecutan los ejercicios con suficiente fuerza, no construyen hueso. Allí está el dilema.

Se me ocurrió que podía usar los principios del Método Feldenkrais para aplicar presión en forma segura. En Bones for Life®, uso mucho el empuje en la pared, acostados, sentados y de pie. Para empujar la pared uso las manos, lo que es una gran contribución a la integración. En el marco de nuestra evolución como criaturas, desde que abandonamos nuestro diseño original – caminar en cuatro patas – descuidamos la presión desde las manos. Perdemos entonces esa información, la que brinda la conexión de las manos a través del omóplato para organizar la espalda alta, y de ahí el resto del cuerpo.

El objetivo es que la transmisión de fuerza pueda trasladarse por todo el cuerpo, de punta a punta, sin ninguna pérdida y sin quedar atrapada en ninguna articulación específica. Esta habilidad necesita desarrollarse con una cadencia dinámica, rítmica y elástica equivalente a la experiencia de caminar, para que así el organismo pueda sacarle provecho. Muchos de los movimientos tienen lugar de pie, utilizando la pared como apoyo tanto de frente como de espaldas. El instrumento principal es una tela de 7 metros. Lo llamo arnés. Aún si la persona no está bien organizada, con esta tela envuelta alrededor está contenida y puede saltar con seguridad. Tengo la experiencia con gente que viene a los talleres, sobre todo con gente mayor que hace tiempo olvidó cómo era saltar, ¡y lo logra con gran rapidez! Saltar es el gran maestro de la postura de sostén del peso.

De hecho todo el trabajo es sobre la alineación. Estimular el crecimiento óseo es la “médula” del programa. Busco la alineación con distintos artilugios. Por ejemplo, usar las manos propias como agentes de orientación para organizar el cuello en un movimiento polarizado, con el nudillo del dedo índice entre los dientes, tirando hacia adelante, mientras las vértebras del cuello retroceden empujando los dedos de la otra mano.

Por supuesto, agregamos movimiento a esta posición, porque ninguna posición es válida a menos que nos veamos a nosotros mismos usando esa posición en alguna actividad.

Creamos un contexto para esa posición y la usamos en movimiento, por lo general mediante el patrón de la caminata. Éste es el movimiento que nuestro cuerpo entiende mejor. Cuando usamos el estilo de la caminata, o su diseño o su ritmo, accedemos a toda una reserva de conocimiento, con su elasticidad, alternancia y presión rítmica, que es una presión que fluye a lo largo de todo el cuerpo. No es presión en seco. Sabemos por distintas investigaciones que una presión reducida no estimula al hueso para que se fortalezca. Pero la presión excesiva también puede crear osteoporosis. Este es el caso del área lumbar, cuando se erosiona como consecuencia del exceso de presión estática. Incluso se diagnostica osteoporosis en atletas que entrenan demasiado sin suficientes pausas. Necesitamos sintonizar con una cantidad específica de presión, que se dé en un ritmo y en una configuración que el organismo comprenda y reconozca como la clave para favorecer la salud del hueso y suministrarle lo que necesita.

Los huesos también necesitan nutrientes para renovar las células. ¿Alcanzan los nutrientes que ingerimos a todo el organismo de manera uniforme? Penetrar en el tejido duro de los huesos es más difícil. Entonces, cuando toda la circulación se debilita y hace más lenta, los huesos son los primeros que dejan de recibir los nutrientes y minerales que necesitan.

La cultura moderna intenta resolver la deficiencia con suplementos químicos y minerales que hasta pueden confundir al mecanismo natural y debilitarlo. Y sin movimiento, no hay garantía de que se distribuyan a los huesos, de hecho el calcio se puede terminar acumulando en los vasos sanguíneos y hacer que al corazón le resulte más difícil bombear la circulación. Sabemos que un movimiento con sacudidas o con rebotes lo logra. El movimiento dinámico abre el flujo y favorece que los nutrientes se distribuyan de manera uniforme. Éste es un aspecto de la vitalidad. No se trata de envejecimiento. Siempre le digo a las personas: “Sus huesos van a ser tan buenos como el uso que usted les dé”.

P: ¿Alienta a las personas a usar los procesos de Bones for Life® por su cuenta, cuando están en casa o en el trabajo?

Ruthy Alon: Sí, los procesos que utilizo son muy simples y las personas pueden lograr mucho usándolos. En mi seminario, las participantes realizan el 100 % de lo que enseño, y es sorprendente ver cómo están de pie luego de una lección. Todo tipo de personas. Algunas son docentes de Método Feldenkrais y otras son personas del público que tienen problemas. Esto es muy estimulante. Quiero que sea simple y popular, que cada uno pueda usar el programa con independencia, que cada persona se sienta con el poder de hacerlo por sí misma. De eso se trata.

En verdad, la aproximación es un tanto menos precisa que ATM, pero eso la hace más fácil de repetir. A diferencia del Método Feldenkrais donde el aprendizaje ocurre como una comprensión revolucionaria que luego es adoptada espontáneamente en la vida cotidiana, en el trabajo con el tejido óseo la repetición es crucial. Esto puede ser un problema, porque a muchos no es gusta hacer las cosas por sí mismos, necesitan saber que su profesor/a los cuida y vigila lo que hacen para tener continuidad y seguir haciéndolo a lo largo del tiempo.

Moshe [Feldenkrais] solía decir que los seres humanos no fuimos formados para aprender solos. Siempre hay un testigo. El período de aprendizaje, el período de dependencia, es muy largo en los seres humanos. Estamos programados para tener a alguien a nuestro lado. Suelo estimular a los alumnos y alumnas a que se apoyen mutuamente para lograr la capacidad de practicar por sí mismos/as.

Tengo algunos ejemplos de personas que practicaron por su cuenta y que registraron mediciones de su densidad ósea antes y después. Hay una mujer en Alemania que que sufría pérdida progresiva de masa ósea. Luego de venir a mi seminario practicó con constancia durante 5 meses. Sus pruebas mostraron un índice de densidad ósea algunos puntos más alto. Esto es sólo el comienzo. Espero seguir recolectando registros de personas y contribuir a la validación del programa. Por ahora lo que recibo son los comentarios subjetivos de las personas, sobre cómo se paran y cómo se sienten con eso. Tengo la esperanza de que los científicos hagan investigaciones formales, con grupos testigo, para que también exista un registro objetivo.

Ruth Alon Ruthy Alon desarrolló el programa Bones for LIfe® , basado en Método Feldenkrais.

Ruthy Alon se graduó en el primer entrenamiento desarrollado por Moshe Feldenkrais en Tel Aviv en 1969. Es la autora del libro Guía práctica del Método Feldenkrais: La espontaneidad consciente (Ed. Sirio, Málaga, 2012) y del video Movement Nature Meant. Reunió su experiencia de 40 años con el Método Feldenkrais para responder a la necesidad de regenerar la vitalidad del tejido óseo de manera permanente con el programa Bones for Life® (Huesos para la Vida).

Fuente: Artes Internas

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